Hasta que encuentre a alguien capaz de alcanzar y sobrepasar la inmensidad de tus virtudes, seguiré contemplando, desde la amargura de la soledad y en el más absoluto de los silencios, el placer que solo son capaces de disfrutar, por paradojas de la vida, aquellos ciegos insensibles, que no saben distinguir la belleza de tu ser y el placer de tus caricias, pero aún así son los dueños de tus besos, los amantes de tu corazón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario